Si Machupicchu cae
Lapsus Brutus
Si Machupicchu cae
Porque el día en que la mierda valga algo,
los pobres nacerán sin culo.
¿Para qué diablos sirven las ruinas? ¿En qué medida mejoran la calidad de vida de los pobladores que viven cerca?, una vez contaba mi padre que en algún famélico país de Afríca, dejaron de aterrizar los enormes aviones que traían turistas para los safaris y a veces también ayuda internacional. Los aborígenes comenzaron a moldear pequeñas réplicas en barro y a rendirles culto en complicados rituales, para implorar el retorno de esas sus nuevas divinidades.
Decía mi amigo el gato, guía de turismo de aventura por más de 15 años, que si los ríos se llevaban Machupiqchu pueblo, también conocido como Aguas calientes, se iba a portar con el más espléndido pago a la Pachamama con su respectiva caja de chelas, para celebrar la justa desaparición del poblado más mezquino, comercial y frivolón que se haya visto en estas sierras del Pirú. Una especie de fantasmal Macondo con luces de neón.
- pero nomás que no muera gente, hermanito – acotaba presuroso.
Y en efecto, Machupiqchu pueblo, evoluciona desde un campamento, carece completamente de tradiciones, como lo prueba el hecho de que ni siquiera tenga fiestas costumbristas, no tiene una sola casa que no sea a la vez, algún negocio y ni siquiera tiene gentilicio de lugar: existe el Ollantaytambino, el sambleño o el Izcuchaquense, pero al de Machupiqchu, ¿cómo se le llama?
En otras palabras, niños del mundo, si Machupiqchu cae, digo, es un decir, si cae, sólo lo llorarán los comerciantes que perderán su capital de negocio y los turistas que no podrán darse un último gustito de despedida antes de volver, cámara en mano, a sus tierras.
blacponcho@yahoo.es