CRONOS II

Los seres humanos aún conmueven: sus sentimientos, sus expectativas, su esperanza, su odio, sus afanes, sus pobres victorias frente a la muerte. Esa terca fe en que en algún momento de sus vidas, por diosito santo, les va a ocurrir algo maravilloso o inaudito.

Cuando asumimos el control de nuestras vísceras y sentimos su decadencia, no hay palabra que sirva, ni librito que consuele: la depresión de los 30 sin hijos, fortuna o estabilidad, solo es la antesala de las sucesivas depres de los 40 y 50. Allí sí no hay fórmula que valga o frasecita aprendida que te salve de la soledad, la devastación física o el sufrimiento; en suma, de la atroz certeza de la vejez y de la muerte.

Es la lucha de siempre: la misma de hace millones de años, la lucha de estar vivo.

Las mujeres luchan con más denuedo, a los cosméticos y cambios de look, siguen los dispendios en ropa y joyas, la desigual bronca contra el tiempo las obliga finalmente a recurrir a las armas blancas: cirugías o drogas da lo mismo, cualquier cosa que te mantenga.

Los varones andan más jodidos, a compensar la guata chelera con ropita de marca, con el carrito que nos llevará a donde quieras, preciosa; con el tinte, la afeitada perfecta y sobre todo con el poder, el power y su chacal incondicional, el billete. Por eso tod@s quieren colque, billete, money, plata, ficha, drilo, creen que su vago fulgor les prolongará un poco la vida, o al menos lo que ellos llaman calidad de vida, pobres diablos, preferidos por el infierno, ya están siendo esperados con los fuegos atizados y sin una buena historia que contar, van a sufrir, pobres hijos de puta, van a sufrir.

En cambio, es un buen síntoma sentir pasar el tiempo sin que te des cuenta. Quiere decir que estabas tan feliz haciendo lo que te gusta, puta cómo se fue la mañana, la semana, qué rápido se ha ido este año, no somos nada… feliz día del estar vivo, hermano/hermana, celebremos, ponte tu mejor rumba, saca tu mejor trago, revienta tu tarjeta, intenta tu mejor polvo y si sales a la calle tan solo hazlo porque hoy, justamente HOY encontrarás el gran amor de tu vida. Recuerda las increíbles palabras del ukuku: “No recuerdo un solo día de mi vida en que no haya estado enamorado”

No leas huevadas, mete a Coelho, Kiyosaki, Cuahtémoc, Anthony y cuanto pendejo se haya inventado para recuperar tu queso, en un cilindro lleno de gasolina y después de una buena sesión de palos, lánzalos llameantes por una ladera hasta llegar al río donde los chanchos los acaben a dentelladas.

Vive mierda, vive para contarlo. No pierdas ni un solo instante, no te mezquines razones para decir que hoy, como nunca, sigues increíblemente vivo.