#ElPerúQueQueremos

Esa tia cumbiambera

Publicado: 2010-09-11

La odio, huele a pollipapa y hamburguesa de luca con todas las cremas, a sobaco de siguapa gordilinda meneándose en medio de un montón de chela derramada.

Luce los colores chillones de sus afiches. Como buen cuerazo de barrio, sale a guerrear calzada con plataformas caladas para dejarse ver las gordas uñas despintadas y los enormes aretes de plástico debajo del tinte de color indefinible. Suena a la polleruda Dina, Marisol o Abencia ¿alguien nota la diferencia? Tiene el cuerpo esculturalmente siliconeado de Leysi, Maribel, Gladis, Karen, Claudia, Katy, Anhely, y demás nombres de batalla.

Habla casi gritando con esa voz de molleja que se gastan todas las callejoneras, se carcajea y aplaude cualquier frase cojuda que esté al alcance de su mísero entendimiento.

Hay que estar en Nirvana para escuchar una sola estrofa de su letra pringosa, llena de verdades de la vida, de la realidad, pues hermano.

Suena a combi asesina, a guerra de claxons enloquecidos, a teba, a galancete con pantalón sacaculito fabricado en gamarra, a camisa entallada a rayas, a cabellos parados con rayitos, te hace sentir que el Perú avanza.

La odio por que es la hija no reconocida del chino, la hijastra bataclana que creció con el celular metido en el pantalón, al lado del ombligo. La misma a la que sólo le gusta el billete, llenar escenarios y provocar a todo mundo para que saque chelas. Estudia en algún Insti de los conos de Lima y le ha hecho creer al Perú entero que ésa es la capital.

Definitivamente sí pues, odio la Tecnocumbia, cumbia peruana o como la mezclen Tecnohuayno, cumbia reggaeton, perreo, tropical, norteña, del oriente.

Soy buen cholo y me jaraneo con Picaflor, Pastorita, Los Errantes, Los Chankas, El indio Mayta, El jilguero, Chacalón, Condemayta, Juaneco, los Ecos y tantos otros músicos peruanos que sintieron brotar su música y se dieron el gusto, como muchos que murieron olvidados. Pero no soportaría mi existencia en medio de esta nueva bulla que no elegimos, sino que nos metieron por las orejas, por las narices y hasta por el culo, todas las radios confabuladas para vender lo que sea.

Porque si alguna llega a gustarme -tipo de música digo- será porque pude elegirla entre muchas, porque me costó encontrarla, porque me entiende y porque podría reconocerla en medio de un estadio llenecito de gente.

Algunos dirán que la cumbia peruana es todavía joven, que es parte de un proceso, será pues. Habrá que tener fe en que después de haber pasado por tantas manos y tantos grupos, regado hijos por tantos lugares con tantos ídolos de barro, durante casi cuarenta años. Un día por fin, la cumbia peruana haya llegado a ser una mujer recorrida, pero atractiva; sabia y hasta decente, de esas tías que te encantaría presentar a todo mundo como tu ya madura y maltratada, pero todavía riquísima novia.


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blacponcho

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